Teatros Canal
Hay quien defiende que la moda ‘vintage’ es solo un fenómeno temporal y otros que la apoyan como una vía de expresión del hombre moderno que, paradójicamente, vuelve su vista hacia el pasado saturado por las exigencias del siglo XXI. El hecho innegable es que estamos invadidos por la moda ‘vintage’. Nos atraen los artículos antiguos y las historias de los años ’20. ¿Qué ha pasado?
¿Cualquier tiempo pasado fue mejor?
La mesa extensible de madera que tu abuela tenía en el salón (y que odiabas porque siempre te dabas golpes con la pata), ahora es un artículo de lujo. Los rulos, el rizador de pestañas y el carmín, imprescindibles en el neceser de cualquier chica pin-up. El 600 donde toda tu familia se apretujaba para aquel viaje infernal de seis horas entre Madrid y Tarragona, se ha convertido en el objeto de deseo de una generación que avanza cada vez más rápido hacia el futuro mientras anhela volver al pasado.
Y tú, ¿prefieres el ipod o el transistor?
Como el buen vino, hay productos que mejoran con el paso de los años, proclaman los defensores de la moda ‘vintage’. La propia palabra la tomamos prestada de la cultura vinícola, y se refiere a una cosecha especialmente buena. Pero ¿hasta qué punto nuestra memoria está jugando con nosotros? Hace poco unos investigadores de la NorthWestern University demostraron que el cerebro modifica nuestros recuerdos según el filtro de nuestras emociones actuales para que encajen mejor con el presente. Esto quiere decir que, muy probablemente, aquella caja de galletas de latón que no te gustaba especialmente cuando eras un niño ahora la asocias a la nostalgia que te produce pensar en tu infancia.
‘Hipsters’, ‘malenis’ y otras tribus urbanas de la moda ‘vintage’
Paralelamente a la idealización del pasado, la moda ‘vintage’ se apoya también en dos pilares ideológicos: el consumo sostenible y la diferenciación del resto según la propia identidad. El reciclaje, la restauración de muebles y la customización de la ropa responden a la preocupación ante la cultura de usar y tirar, además de ser resultado de la crisis económica (ya se sabe que la necesidad agudiza el ingenio).
Por otro lado, está la búsqueda de la originalidad. Así, te pones ropa de tu abuela que a tu madre le horroriza, con tal de no vestir como lo hacen tus hermanas. El movimiento ‘hipster’ y su huida de lo ‘mainstream’ tiene mucho que ver con el auge de la moda ‘vintage’. Pero no son la única tribu urbana que profesa devoción por la estética retro. Las ‘malenis’ no solo adoptan su estilo, sino también las actividades y aficiones de antaño: adiós a los videojuegos, larga vida a las bufandas y galletas hechas por una misma.
Mucho más que moda
Es cierto que la moda ‘vintage’ se ha extendido sobre todo en el sector textil (las grandes empresas ya producen ropa nueva que imita la antigua), pero su auge es visible en muchos más ámbitos.
Proliferan las clases de lindy-hop, swing y rock’n’roll; conocemos (aunque sea de oídas) a Dan Draper y a su equipo de publicistas de Mad Men; vamos a mercadillos de artículos de segunda mano y restauramos aquella caja de madera donde venía la fruta. Era solo cuestión de tiempo que la moda ‘vintage’ llegase también al escenario.
Email
Imprimir