La Bayadera es el ballet clásico más exótico de cuantos se estrenaron en el Teatro Bolshoi, en la época dorada de los Ballets Rusos. Inspirada en poemas de tradición hindú, los saris y velos se turnan con los tutús. Todo ello acompañado de exigentes pasos a dos. 140 años después, las compañías de danza más importantes del mundo siguen apostando por este éxito.
¿Quién es la bayadera?
La Bayadera está inspirada en los versos del poeta hindú Kalidasa, en los que hace referencia a las mujeres consagradas a la danza por la religión. En la India, a estas mujeres se les llama Davadasi. Se formaban como bailarinas desde muy pequeñas, siguiendo una disciplina muy estricta. Fueron los navegantes portugueses quienes hablaron de ellas como ‘bailaderas’ nombre del cual deriva ‘bayaderas’.
La Bayadera: una historia de amor eterna
El guerrero Solor y su hermano dan caza a un hermoso tigre en el bosque. Según las tradiciones indias, esto les traerá una inmensa riqueza. Cuando llevan a su presa ante el Rajá, este ofrece al cazador a su hija Gamzatti en matrimonio, como premio por su valentía. Sin embargo, Solor está enamorado de Nikiya, la bayadera del templo.
Solor se debate entre hacer lo que su corazón le dicta o lo que haría a su familia. Finalmente, se inclina por el deber, y acepta el matrimonio con la princesa. Pero Gamzatti no está acostumbrada a que algo no salga como ella desea. Cuando descubre que su prometido no la ama, hace todo lo posible por eliminar a su rival. Envía a Nikiya una cesta de flores con serpientes venenosas. La bayadera muere, pero su espíritu se queda en la tierra, constantemente buscando a su amado.
Solor está desolado; ve el espectro de su amada por todas partes, especialmente en su propia boda. El Gran Brahman une a los jóvenes en matrimonio, pero justo en ese momento, los dioses imparten venganza por el asesinato de la bayadera. Destruyen el palacio y a todos sus ocupantes.
Una tragedia con final feliz para Nikiya y Solor, cuyas almas se unen para toda la eternidad.
La coreografía de La Bayadera
La Bayadera fue coreografiada por el francés Marius Petipa, quien también es creador de La bella durmiente, El cascanueces o El lago de los cisnes. La particularidad de La Bayadera sobre otras piezas del coreógrafo es la combinación entre los pasos clásicos del ballet y su aroma hindú. En Europa se conocía poco de la cultura oriental, aunque estaba muy idealizada por los románticos de la época. Hasta dar con los pasos exactos, Petipa pasó seis meses montando la coreografía de La Bayadera.
Existe otra dificultad añadida para la solista que interpreta a Nikiya, y se trata de la dualidad entre la vida y la muerte. Durante todo el espectáculo, Nikiya está conquistando a Solor. Pero el personaje comienza vivo, lleno de pasión y con un paso a dos que no deja lugar a duda de su amor. Una vez muerta, la bayadera sigue bailando, pero ahora de forma etérea. ¡Un verdadero reto interpretativo!
Existe además una escena clave en La Bayadera, la del Reino de las Sombras. En ella, más de veinte bailarinas bajan por una rampa haciendo ‘arabesques’.
Son las almas de las bayaderas, acompañando a Nikiya en su eterna danza. Tradicionalmente, en esta escena todas las mujeres visten de blanco y con tutú (algo mucho más parecido a lo que se nos viene a la mente cuando pensamos en ballet). De ahí que este tipo de puesta en escena reciba el calificativo de ‘ballet blanco’.
La coreografía de La Bayadera ha sido reinterpretada en varias ocasiones desde su estreno en 1877. Pero la versión más famosa es la que Rudolf Nuréyev puso en el escenario del Teatro de la Ópera de París. En este montaje se suprimió el cuarto acto (la ira de los dioses) por las dificultades técnicas que suponía, además de por la enfermedad del propio Nuréyev, que obligó a adelantar la fecha de su estreno. El espectáculo fue visto como una despedida del director del Ballet de la Ópera, quien efectivamente fallecía tres meses después. Desde entonces, sólo la compañía de la Ópera de París puede representar La Bayadera de Nuréyev.
Los bailarines: una carrera directa al éxito
Ya hemos comentado la exigencia técnica, pero sobre todo interpretativa de La Bayadera. Como consecuencia, muchos de los bailarines que interpretaban a los personajes de Nikiya, Solor y Gamzatti alcanzaron el mayor triunfo de su carrera gracias a este ballet.
Toda la pieza se creó para Yekaterina Vazem, la prima ballerina del Ballet Imperial de San Petersburgo. Yekaterina interpretó a Nikiya en el estreno con enorme éxito. Se dice que los aplausos duraron más de media hora. Cuando se retiró, Yekaterina se convirtió en la profesora de la famosa bailarina Anna Pavlova. Años después, la alumna seguiría los pasos de la maestra, bailando también el papel de la protagonista de La Bayadera.
Como Solor, destacaron los bailarines Lev Ivanov, que estrenó la coreografía, y el propio Rudolf Nuréyev. Mucho antes de dirigir La Bayadera, el prestigioso bailarín fue muy aclamado cuando interpretó al guerrero enamorado, añadiéndole su propio toque.