* Elena Sánchez Canales, diseñadora de vestuario de Tío Vania, y Santiago Sánchez, director de este espectáculo interpretado por L´Om Imprebís (que podrá verse en los Teatros del Canal durante el mes de enero), ofrecen su visión sobre la adaptación teatral del clásico de Anton Chéjov. La primera habla de licencias sobre las formas y el color; el segundo repasa los clásicos que han marcado su pensamiento y su trabajo teatral, y nos enfrenta a una pregunta, hoy de más actualidad que nunca: ¿Reaccionar o resignarse?
ELENA SÁNCHEZ CANALES, diseñadora de vestuario:
“Viniendo de la Arquitectura y el Diseño, mi trayectoria en el vestuario teatral comienza gracias a la generosidad de Pedro Moreno, con el que empecé como ayudante. El vestuario de Tío Vania es realista, pero sin ajustarse a la época en términos «arqueológicos». Hay muchas licencias en cuanto a formas, volúmenes y color, buscando contemporaneidad. Para mí, la inspiración es consecuencia del trabajo y no un hecho fortuito o accidental. Hay un proceso imprescindible de lectura y acercamiento al texto, de investigación y diálogo con el director, de valoración de la escenografía… Un proceso que culmina cuando me siento a trabajar delante del papel en blanco”.
*Imagen de cabecera: boceto de E. Sánchez Canales.
SANTIAGO SÁNCHEZ (en la foto), director teatral:
“Quizás hacemos teatro para intentar comprender mejor el mundo en que vivimos y, para ello, los clásicos contemporáneos son a veces, no sólo oportunos, sino imprescindibles.
En los últimos diez años, con L’Om Imprebís, he tenido la suerte de trabajar con algunas voces que se han constituido en pilares del imaginario colectivo de esa Europa que ahora parece diluirse, quizás porque, de un tiempo a esta parte, el único discurso común que ha interesado articular ha sido el económico, mientras que se ha obviado -cuando no impedido- un verdadero planteamiento cultural europeo.
Por nuestra parte, desde el año 2000, hemos disfrutado con nuestros espectadores del pensamiento de grandes autores como Brecht, Cervantes, Camus o Chéjov. En boca de Galileo, Bertolt Brecht afirmaba: “que las cosas sean así, no quiere decir que tengan que seguir siéndolo”. Pero para cambiar hay que luchar, como luchaba, con su imaginación, el Quijote de Cervantes que, descontento con el mundo que le rodeaba, fue capaz de transformarlo en su imaginación aun a riesgo de ser tachado de loco. Riesgo y aparente locura propios de unas utopías que hoy parecen incluso negarse. Con Camus y su Calígula llegamos a escuchar que “si lo único que importa es el dinero, entonces la vida humana no tiene ninguna importancia”. Ahora tenemos la oportunidad de disfrutar con Chéjov y su particular visión del fin de una época.
Chéjov, con sutileza e ironía, retrata nuestras debilidades y nuestros miedos, nuestros amores perdidos, nuestras ilusiones desencantadas y, por tanto, desnuda también nuestra insatisfacción: no nos gusta el mundo en que vivimos. Ante esto, ¿qué hacemos? Tomar conciencia y rebelarnos o, simplemente, aceptar con resignación mientras dejamos que la vida nos pase por encima como una apisonadora.
Si nos resignamos, como les ocurre a sus personajes, puede que un día tengamos que decir aquello de que “nuestro mundo no desaparecerá claro que no, pero puede que lo convirtamos en algo que no nos apetece nada”.
Como buen médico, Chéjov afirmaba que la gente, después de estar un rato con él debía sentirse mejor. Eso mismo deseamos nosotros a todo el público que decida compartir con nosotros esta fantástica aventura de Tío Vania el próximo mes de enero en los Teatros del Canal.
Tío Vania. Del 11 al 22 de enero de 2012. Entradas desde 12 €. Más información y venta de entradas en www.teatroscanal.com. Cuéntanos tu opinión en Dejar un comentario o en Facebook.
Email
Imprimir