Los llantos de tu mejor amigo al que le ha dejado su novia, la chapa que te da tu madre porque llevas días sin llamarla, la perorata que sueltas jurando en arameo cuando te han tocado demasiado las narices, la conversación interna que pergeñas lo que dirías a tu jefe para conseguir un aumento de sueldo… Los monólogos forman parte de nuestro día a día. Todos tenemos motivos para marcarnos un speech espontáneo de vez en cuando sin que nos haga falta interlocutor. Ahora bien, saliendo del ámbito amateur, te dejamos los mejores monólogos -desde Shakespeare hasta Juego de Tronos- para disfrutar en según qué momentos.
Monólogos para ligar
A todos nos cuesta conquistar a esa persona que nos gusta. Y lo peor es que no hay un manual de instrucciones… ¿o sí? ¿Y si pruebas a ligar como lo hacen los americanos? Goyo Jiménez te lo explica:
Si eso no funciona, prueba con los monólogos clásicos. ¿Quién puede resistirse al famoso ‘ángel de amor’? Puede que tú no seas Paco Rabal y ella no sea Concha Velasco, pero por algo a los ligones se les llama donjuanes…
Monólogos para romper
¿No era la persona adecuada? ¿Se dedica a tontear con otras mujeres? ¿Se equivocó de conversación de whatsapp y eso desencadenó el desastre? Puedes desahogarte con tus amigas todo lo que quieras, enviarles cuantas capturas de pantalla necesites, pero lo mejor es que le plantes cara. Hannah, la protagonista de Girls, de la HBO, sabe mucho de eso… Aunque esperemos que tu monólogo no acabe como el suyo.
Ya lo dicen las noticias, los ‘millenials’ cada vez están menos dispuestos a comprometerse… Pero ojo, que esto ya pasaba antes, y a la parte afectada le molestaba lo mismo que ahora. Si te ha tocado lidiar con un espíritu libre, la escena final de este vídeo te resultará familiar.
Monólogos para llorar
¿En casa viendo telebasura y buscando películas para desahogarte? ¿Tienes ganas de llorar (sepas o no por qué)? Pues tranquilidad, que para esto también hay monólogos. Puedes empezar con el fin de la relación de Meryl Streep y Clint Eastwood en Los puentes de Madison…
Monólogos para cuando estás enfadado
Otra vez tu jefe largándote marrones. Ese cliente que te toca las narices. La familia cuando os preguntan por enésima vez ‘y vosotros, para cuándo’… Es ese pequeño fueguito interno que se apodera de ti y temes que arrase con todo lo que se encuentre a varios kilómetros a la redonda…
Entendemos perfectamente tus sentimientos de venganza. Nosotros, los Lannister, Shakespeare… Sí, en el Teatro Isabelino también se marcaban unos buenos monólogos. Y a la hora de vengarse, no hay palabras más convincentes que las de Shylock en El mercader de Venecia.
Monólogos para reír
¡Ya está bien de emociones negativas! La mejor forma para hacer reír a alguien es conseguir que se sienta identificado contigo… Y si hay algo que todos tenemos en común es que tenemos una madre. Y nuestra madre lo sabe todo.
Si es que seguro que la madre de Woody Allen también sabía lo de su historia con el alce… Ah, ¿pero tú no?
Monólogos para quedar como un friki
Reconozcámoslo, algunos de nosotros tenemos un puntito friki que nos avergüenza a la vez que nos enorgullece. Da igual de qué generación seas, tenemos ejemplos de monólogos frikis para todas las edades:
¿Que quieres tirarte el pisto en el maratón de series? Tendrás que aprenderte, (si no te lo sabes ya) el funcionamiento de ‘piedra papel, tijera, lagarto, Spock’.
Así que ya sabes, si te encuentras sin recursos ante alguna de estas situaciones, ya sabes que puedes tirar de monólogo. Y quién sabe, igual estos vídeos te dan ideas para montar un concurso entre amigos o para acudir a un casting de actores.
¿Nos sugieres algún otro?
Foto: (CC) EskimoJustice