Con El Pimiento Verdi, Albert Boadella logró en 2013 algo que suele ocurrir en contadas ocasiones: poner de acuerdo al público y a la crítica, que alabó el montaje por ser una “obra eminentemente teatral a costa de reírse de los tópicos verdianos y wagnerianos” (periódico La Razón), y por «una dirección de actores que roza lo antológico” (diario El País). Del mismo modo, recibió cinco estrellas de la pluma de Javier Villán, un calificativo que este crítico ha otorgado a tan solo seis montajes, de entre un total de 2.000 reseñas publicadas.
El Pimiento Verdi funcionó por su calidad, eso es indudable, pero también porque tenía un ingrediente añadido que lo hacía diferente: la complicidad de su equipo. El propio Pau Guix, ayudante de dirección de Albert Boadella en este montaje, nos lo mostraba en su día a través de instantáneas de los ensayos. También la exposición fotográfica Las semillas de El Pimiento Verdi, que acompañaba a la función, daban una clara imagen de lo que habían supuesto los ensayos: mucho trabajo, pero también muchas risas y, sobre todo, mucho amor por lo que se estaba haciendo.
Y para demostrar que segundas veces pueden ser incluso mejores que las primeras, El Pimiento Verdi vuelve a ofrecer a los espectadores de la Sala Verde su menú de teatro y arias de ópera este mes de febrero de 2015, aderezado como siempre con la carga crítica y satírica propia de los espectáculos de Boadella.
Para saber si el director es más pecador que virtuoso, lo hemos sometido a nuestro cuestionario. ¿Cuáles son los pecados capitales de Albert Boadella?
Lujuria: ¿Con quién te gustaría despertarte después de una noche de pasión?
Chupando la teta de mi mamá, que es el mayor placer conocido en el mundo de los mamíferos.
Pereza: ¿Remoloneas o saltas de la cama?
Para pasar de la posición horizontal a la vertical los humanos hemos necesitado millones de años. ¡Cómo voy a saltar de la cama, por favor!
Gula: ¿En qué plato es un cocinillas Albert Boadella?
Soy más bien especialista en agriar digestiones.
Ira: ¿Qué te saca de tus casillas?
No tener 20 años para poder hacer el gilipollas con tranquilidad.
Envidia: ¿Por quién te cambiarías de la realidad o de la ficción?
Catherine Zeta-Jones, y sería enormemente generosa con los machos.
Codicia: ¿Eres de los que acumula las entradas al teatro y los programas de mano, o los tiras sin contemplación?
Soy de los que piensan que los programas de mano solo sirven para justificar lo que no se ve en la obra.
Soberbia: ¿En qué eres el mejor?
En cabrear a los que se toman muy en serio.
¿Qué virtud tienes que te redime de todos tus pecados?
Me apiado de mis víctimas cuando ya les he hecho la putada.
Albert Boadella, toda una vida dedicada al teatro
Albert Boadella nació en 1943 en Barcelona, donde estudió en el Institut del Teatre, para marcharse después a Francia a estudiar en París y en Estrasburgo. Con tan solo 18 años fundó su compañía, Els Joglars, con la que monta en 1977 La torna, obra por la que fue acusado de injurias al ejército y que supuso su encarcelamiento. Poco después protagonizó una espectacular fuga de la cárcel y se exilió a Francia.
Desde entonces, Albert Boadella ha desarrollado con Els Joglars casi toda su actividad teatral (que incluye más de treinta obras como dramaturgo, autor y director). En su apertura en 2009, Albert Boadella asumió la dirección artística de los Teatros del Canal, y en 2012 dejó la dirección de la compañía en manos de Ramón Fontseré, aunque ha seguido creando y dirigiendo al margen de la formación: Amadeu (2011), El pimiento Verdi (2013) y Ensayando Don Juan (2014).
Entre los premios que ha recibido destacan la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, que recogió en 1999 en nombre de Els Joglars, y el Premio de Cultura en la modalidad de Teatro de la Comunidad de Madrid, otorgado en 2005.
Fotos: Owain Shaw / Jaime Villanueva