Párate a pensarlo. ¿Cuántas películas has visto donde el póker era uno más de los protagonistas? ¿Y obras de teatro? Desde Dealer’s choice, de Patrick Marber (el autor de Closer) hasta Jugadores, de Pau Miró, que podremos ver en Madrid a la vuelta del verano, el póker ha cautivado la imaginación de numerosos dramaturgos y directores. Piensa, piensa. ¿Acaso no has visto a los mejores actores jugando al póker en alguna u otra ocasión? Paul Newman, Robert Redford, Steve McQueen o los españoles Ana Torrent y Ernesto Alterio se han sentado frente al tapete.
Visto así, parece razonable deducir que el póker y las artes escénicas están relacionados… Aunque hay sitios para aprender la técnica del póker más a fondo, nosotros te damos algunas reglas básicas para que aprendas a jugar al póker y le saques el máximo partido posible a tu experiencia teatral.
No vayas de farol
De nada te servirá fingir que conoces al dedillo la trayectoria de Peter Brook si luego te delata tu cara de “mí-no-entender”. Mejor muestra tus cartas y no vayas de farol: infórmate acerca de lo que vas a ver, lee el programa de mano antes de que empiece la representación (aunque sea por encima mientras desconectas el móvil y empiezas a desempapelar un caramelito para la tos), o pregunta a tu acompañante por qué ha elegido esa obra en concreto. Disfrutarás mucho más de la función sabiendo a qué atenerte y sin estar obligado a mantener las apariencias.
Lee a tus oponentes
O en este caso, a los actores. Ya se sabe que lo más importante en una obra es lo que no se dice, así que los pequeños gestos, las miradas y los silencios cobran un significado especial encima de un escenario, exactamente igual que ocurre en una partida de póker.
Pon cara de póker
Antes de hacer ningún juicio, espera hasta el final de la representación. Nunca sabes cómo va a terminar una obra, ni si te espera un golpe de efecto. Pero, si por desgracia la función no ha sido de tu agrado, pon cara de póker. Te salvará de muchas situaciones comprometidas, especialmente si conoces a alguno de los participantes en la obra… Algunas frases diplomáticas (que no revelaremos para no herir sensibilidades) pueden sacarte de más de un apuro; nosotros te recomendamos que tengas un pequeño repertorio.
No te pierdas un mano a mano
Casi tan importante como la función, es el debate tras la representación. No te pierdas uno, a ser posible acompañado de una cerveza, y ¡mójate! Este es tu momento para alabar esa interpretación que te ha dejado sin palabras, para comentar la jugada del director en un determinado giro del espectáculo, o para criticar sin piedad la pobre resolución del conflicto. Eso sí, te advertimos que esa partida casi siempre queda en tablas, así que tendréis que repartiros las apuestas (o pagar a escote).
Sé buen ganador
Si la obra te ha gustado, ¡recomiéndala! La oferta de teatro en Madrid es tan amplia que un tuit o un post en Facebook son un bien muy preciado. Son muchísimas las compañías que hoy en día subsisten gracias al boca-oreja que llena los espacios ‘off’ de los teatros y las salas alternativas. Y al mismo tiempo, estarás haciendo un favor a tus amigos, que te lo agradecerán si les aconsejas bien a la hora de elegir un espectáculo.
Fotos: ‘Dogs playing poker’, de C.M Coolidge / Jean Pierre Ledos / @twiteatrera