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Llamamos bailes latinos a los que provienen de los países bañados por el mar Caribe. Igual que sucedió con la cultura o el lenguaje, los ritmos caribeños se vieron muy influenciados por la llegada de españoles, africanos y franceses. Ricos y pobres buscaban en la música y la danza su propia forma de expresarse. Sin embargo, cada uno tiene su identidad propia. ¡Te invitamos a conocerla!
El mambo
Se dice que el origen del mambo está en los esclavos africanos, que para pasar el tiempo… bailaban. Eso sí, moviendo sólo las caderas, ya que los pies los tenían atados con unas pesadas cadenas. Terminó la esclavitud, y se rompieron las cadenas. Nació entonces el mambo: sensual, ágil y rápido.
En los años 50, el mambo traspasó las fronteras del Caribe y triunfó en todo el mundo. Pero al igual que ocurrió con otros bailes de pareja y con muchos bailes latinos, la iglesia prohibió a sus feligreses este baile latino, ya que lo consideraba lascivo e imitativo del acto sexual. Volvió a resurgir en los años 80, en parte gracias al éxito de la película Dirty Dancing. Sin embargo, desde entonces las canciones tenían un ritmo más lento, más ‘asequible’ para los bailarines no expertos.
El chachachá
Precisamente aquellos que no estaban cómodos con la rapidez del mambo fueron los causantes del chachachá. Nacido en Cuba, este baile latino tiene un tempo más lento, melodías pegadizas y ritmos fácilmente bailables. La letra cobra un papel importante, y se podría decir que el cantante es el músico más importante. Por algo, artistas de primera línea sucumbieron a este ritmo.
El merengue
El merengue es la música dominicana por excelencia. Su origen no está claro, aunque existen varias leyendas que tratan de explicarlo. Una de ellas narra la historia de un gran héroe de la isla, que fue herido en una pierna, en una batalla contra los conquistadores españoles. Al llegar a su aldea, fue recibido con honores y se celebró una fiesta para homenajearle. Al ver que su héroe cojeaba, los habitantes del pueblo decidieron imitarle, y comenzaron a bailar como él, arrastrando las piernas y moviendo las caderas.
Las hipótesis menos fantasiosas dicen que se remonta a principios del siglo XIX y que era un baile que utilizaban los hombres para seducir a sus damas.
No fue hasta los años 70 cuando el merengue llegó a América del Norte. A Europa llegaría a mediados de los 80, de la mano de los inmigrantes de países hispanoamericanos.
El bolero
Si hablamos de bailes latinos para seducir, no podemos olvidar el bolero. Hay quien compara este baile con un abrazo, de ritmo lento y cadencioso. Se originó en Cuba y en los años 50 llegó a su máximo apogeo.
La bachata
Seguro que conoces a alguien que recibe clases de bachata. Este género está ganando cada vez más adeptos en España, aunque en Latinoamérica tuvo durante años una reputación de baile para pobres.
El motivo no es otro que su nacimiento, en las clases marginales dominicanas. Pero este baile descendiente del bolero se extendió internacionalmente, gracias a cantantes como Juan Luis Guerra.
La salsa, baile latino por excelencia
Por fin llegamos al cénit de la música latina. La salsa es un género de fusión, una mezcla de músicas de toda Latinoamérica. Principalmente bebe del son cubano, pero también asimila la guaracha y el guagancó, y tiene toques de jazz, samba, rock, reggae…
En línea con este espíritu transfronterizo, el nombre de la salsa apareció en Nueva York, en los años 70. Definían así casi toda la música que les llegaba del sur, y que consideraban picante, caliente y sabrosa. La salsa tenía su propia reina, la inigualable Celia Cruz.
Otros bailes latinos
Hemos escogido los más famosos, pero ¡existen muchos otros géneros de la música latina! En Colombia son típicas la cumbia y el vallenato; en Jamaica el reggae; la plena es tradicional de Puerto Rico; así como el tamborito lo es de Panamá. En Brasil (aunque alejándonos ya del Caribe) hay que mencionar la samba, la bossanova y la lambada.
¡Todo un continente que conocer bailando!
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