Teatros Canal
‘¿Pero es que a este niño no se le acaban nunca las pilas?’ Te lo has preguntado muchas veces, y como tú, la mayoría de los padres amantes (y sufridores) de hijos duracell. Por desgracia, no podemos hacer que vuelvas a tener la energía de tu peque, pero sí podemos ayudarte a desterrar de tu vida el soniquete del “mamá, me aburro”. La solución pasa por el teatro infantil.
¿Qué tiene de diferente el teatro infantil?
Más allá de distinciones superficiales como el bajo precio o la amplia programación de teatro para niños, la mayor diferencia radica en la posibilidad de interacción. Frente a actividades como ir al cine, el teatro es una experiencia viva, y la mayoría de los espectáculos de teatro infantil tratan de involucrar a los niños en el desarrollo de la historia. ¿Y los padres? También para ellos hay guiños en el argumento y en las bromas, ya que de lo que se trata es de disfrutar del teatro en familia.
Una vez terminado el espectáculo, los niños pueden quedarse a saludar a los actores, comentarles si les ha gustado o no la obra, e incluso aprender un poco más sobre cómo funciona este mundo del teatro. ¡Seguro que no se imaginaban el aspecto que tenía el malvado pirata una vez que se ha quitado la peluca!
‘El último truco de Georges Méliès’, de la Compañía Drak Theatre
El teatro infantil funciona así como complemento educativo, de tres maneras simultáneas. Por un lado, el teatro puede enseñar ciertos valores o conceptos, como la solidaridad o el trabajo en equipo. Por otro, supone la creación del público del futuro; un público muy exigente, que tiene muy claros sus gustos y que no dudará en expresarlos en alto en medio de la función. Y por último, el escenario de una función de teatro infantil es una fuente de estímulos constantes que ayudan a desarrollar la creatividad de los niños, reforzando así la educación teórica que reciben en las escuelas.
El lenguaje universal de los niños
Son más pequeños, pero no por ello menos importantes. Ésa es la premisa principal del teatro infantil, y por eso sus espectáculos son cada vez más cuidadosos tanto en sus argumentos (que se alejan de arquetipos románticos o sexistas) como en su desarrollo. No se escatiman recursos, y en una obra de teatro para niños es habitual contar con títeres, proyecciones audiovisuales, sombras chinescas, música en directo, juegos de movimiento, luz y color, etc.
Las compañías de teatro infantil cuentan, sin embargo, con una enorme ventaja, y es el lenguaje universal de los niños. Nos referimos al de los gestos, la danza, las imágenes o la magia, que hacen posible que los niños entiendan y disfruten de obras internacionales, como es el caso de muchas de las programadas en el Festival Teatralia.
Sin palabras, sin gramática ni vocabulario es posible cautivar a los niños con bellos juegos escénicos que pertenecen a un idioma común e internacional; ese que parece que dejamos de comprender cuando nos hacemos mayores.
¿Por qué no entonces sumergirnos con nuestros hijos en este curso de inmersión en el lenguaje universal del teatro infantil? ¿Hace cuánto que no vemos la vida como un niño?
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